El pasado lunes día 12 junio celebramos la Eucaristía de fin de curso. Este momento tan especial, sirvió para despedirnos de otro curso llego de experiencias maravillosas, por las que queremos dar gracias y por supuesto también de “momentos difíciles” de esos, que nos ayudan a crecer. Terminar un proyecto en la vida siempre es motivo de satisfacción, de alegría.
Sin duda, nuestro curso escolar ha sido un paso más en la construcción de nuestra vida, hemos ido superando las dificultades encontradas, intentando recuperar la normalidad que esta pandemia nos ha arrebatado. Este año escolar hemos vivido y celebrado muchas cosas.
La vida siempre hay que celebrarla y tenemos que saber ser agradecidos por todo lo que nos han regalado este año: el tiempo, los amigos, el cariño de los padres y profesores, la compañía de todas esas personas que nos rodean y cuidan cada día.
Como en otras ocasiones los alumnos y profesores del centro, realizamos nuestra habitual peregrinación a la Misericordia, escoltados siempre por la policía, a la que queremos agradecer su colaboración este curso, como en anteriores. Por supuesto también queremos dar las gracias al don Felipe por todas las cosas que hace por nuestro centro y por acogernos siempre en su parroquia con los brazos abiertos.
Una vez en la Parroquia, dimos las gracias por tantos momentos mágicos vividos durante el curso.
Señor, te damos gracias por los buenos momentos vividos a lo largo del curso y también por los errores cometidos que nos han ayudado a crecer.
Te damos gracias por nuestras familias, que nos guían día a día por el buen camino y también por nuestros profesores, por su generosidad y por estar ahí siempre para ayudarnos a crecer por dentro.
Gracias por nuestros amigos y compañeros, con los que compartimos aula, juegos y trabajo. Y gracias por enseñarnos que en María tenemos un ejemplo para seguir a Jesús.
A continuación les mostramos imágenes de los diferentes momentos vividos: