El 8 de diciembre de 2015, el papa Francisco, invitó a toda la iglesia universal a celebrar un año santo extraordinario dedicado a la Misericordia. El propio papa nos dice:
“Que hay momentos en los que de un modo mucho más intenso estamos llamados a tener la mirada en la misericordia para poder ser nosotros mismos signo eficaz del obrar del padre”.
“Es mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina.”
Por esto de forma transversal a nuestro proyecto educativo durante todo el año vamos a trabajar las obras de misericordia.
El descubrirse necesitado y amado a la vez potencia en nosotros los sentimientos de misericordia. Nadie da lo que no tiene. Por eso, este curso podemos descubrir las obras de misericordia y ponerlas en práctica. Primero porque nos hacen más humanos y, segundo porque sabemos que Jesús está presente en cada uno de nuestros prójimos.
Quien ejerce el amor al prójimo desde el amor a Dios recibe gracias, pues con las obras de misericordia, está haciendo la Voluntad de Dios. “Den y se les dará” (Lc. 6, 38).
OBRAS DE MISERICORDIA ESPIRITUALES | OBRAS DE MISERICORDIA CORPORALES |
1. Enseñar al que no sabe.
2. Dar buen consejo al que lo necesita. 3. Corregir y ayudar al que se equivoca. 4. Perdonar las ofensas. 5. Consolar al que está triste. 6. Ser paciente con los defectos de nuestro prójimo. 7. Orar a Dios por los vivos y los difuntos. |
1. Dar de comer al hambriento.
2. Dar de beber al sediento. 3. Dar vestido al desnudo. 4. Acoger al peregrino. 5. Visitar a los enfermos. 6. Visitar y liberar al cautivo. 7. Dar sepultura a los difuntos. |