Para los alumnos de 4º de ESO, este ha sido un final de curso muy especial. Acababa una etapa que comenzó, en muchos casos, hace trece años, cuando entraron por la puerta de este colegio que se convertiría en su segunda casa. Tenían sólo tres años y una mochila llena de miedos e incertidumbres. Ahora, después de tanto tiempo y tantas experiencias vividas, otros miedos y otras incertidumbres distintos les abordaban. Una nueva etapa se abre ante ellos, un nuevo camino en el que les deseamos toda la suerte del mundo, y en el que esperamos que algo de lo que les hemos querido transmitir les sirva para transitarlo con paso firme.
Ha sido muy emocionante acompañarlos todos estos años y compartir con ellos los momentos finales, emotivos e intensos.
Empezamos con el viaje de fin de estudios a Roma. Fue toda una aventura, y no sólo por la posibilidad de visitar una ciudad deslumbrante, de caminar por las calles empedradas del Trastevere, de vivir el ambiente festivo de la plaza Navona, de trasladarse a una época remota y grandiosa en el Coliseo, de contemplar la majestuosidad de las Basílicas, o de impresionarse ante la visión de la Fontana De Trevi. Sino porque vivimos momentos realmente mágicos, como la audiencia con el Papa Francisco o la visita de la Iglesia del Gesù, en la que tuvimos un momento de paz irrepetible. Además, pudimos convivir y conocernos un poco más. Lo mejor del viaje fue la actitud inmejorable del alumnado, la predisposición a disfrutar de todas las visitas, la puntualidad y la formalidad que demostraron todo el tiempo.
No es de extrañar, que todo eso se pusiese de manifiesto también en la Ceremonia de Graduación, el otro gran momento de este final de curso. Este año, como novedad, celebramos la Eucaristía en la Parroquia de la Misericordia. Hay que felicitar a todo el alumnado por la entrega con la que vivieron la Graduación, por la fuerza y la alegría que derrocharon, por su saber estar y por la participación activa en toda la ceremonia. Después pudimos compartir un ágape en el Colegio, junto a las familias. Hay que destacar el trabajo del AMPA en el montaje y el servicio que ofrecieron durante la cena. Nuestro colegio se vistió de gala para despedir a un grupo de alumnos que se merece lo mejor en la vida.
Ojalá hayamos contribuido un poco a hacer de vosotros esas fantásticas personas que llegaréis a ser.
¡Felicidades a todos y a todas!